domingo, 1 de mayo de 2016

ESTRATEGIA DE ESCRITURA

 
La última columna  subida a este blog  fue publicada el 10 de noviembre del 2015.  En ella hacía mención a mi participación en  el Homenaje a Pasolini, que había tenido lugar el 5 de noviembre en La Sebastiana. 

Desde el 22 de noviembre comencé a escribir en un nuevo blog, destinado a dar cuenta de mi trabajo analítico en la escena artística santiaguina.  De hecho,  la primera columna de este nuevo espacio editorial estuvo orientada  a tratar un tema  historiográfico, que provenía de la ponencia que presenté en la Pinacoteca de Sao Paulo,   el 13 de noviembre,  sobre un caso polémico específico   que se remontaba a la coyuntura plástica de 1984,  en el marco del envío chileno a la Vª Bienal de Sidney. 

De este modo,  durante estos últimos meses he mantenido dos blogs; uno, metropolitano; el otro,  regional.  El primero, destinado al análisis de las imposturas de los máximos operadores de la escena plástica.  Me refiero a las imposturas analíticas, por cierto. Es lo único que puede ser objeto de estudio en relación a las maneras que tienen de acumular fuerzas y ofrecer prebendas.  El segundo blog quedó “retenido”, a la espera de considerar que era necesario su re/puesta en movimiento. 

Desde noviembre  hasta el día de hoy he mantenido  estas dos vías desiguales como una forma de ampliar los términos del análisis  considerado en la edición del libro ESCENAS LOCALES,  publicado en septiembre del año pasado en Córdoba (Argentina) por Editorial Curatoria Forense.  

El 24 de octubre presenté dicho libro en CASA/PLAN, en una situación muy curiosa. A raíz de problemas que tuvimos en la aduana, no llegaron los ejemplares, de modo que Marcelo Mellado y Carolina Olmedo  presentaron  el libro en ausencia.  

Siempre es atractivo y no menos arriesgado presentar un objeto que no está, y que sin embargo convoca a los asistentes a cumplir con la ceremonia de  saludo.  Al final del encuentro y camino al Cariño Malo,  me saqué  una foto  con mis hijas frente al carrito del Compañero Yuri, que por lo demás, estaba cerrado.  




Ese día,  Ritta Lara había preparado una extraordinario caldo de patitas de pollo. ¡Era lo que necesitaba para reponerme de la presentación del libro!





Para colmo, en enero de este año me enteré que me había ganado, junto a Editorial RIL,  un fondo para publicar ESCRITOS PORTUARIOS, que  reúne en parte significativa de las columnas escritas para  justopastorvalparaiso.blogspot.cl  durante los años 2013 y 2015.  Pero, principalmente, durante el 2014.  Lo que pienso es que se les pasó, o no pudieron impedirlo, después de haberle ganado dos juicios a la directora regional, como operadora directa de las inconsecuencias e ineptitudes acerca de lo que todos ustedes saben. 

En las “fisuras del sistema”  es todavía  posible hacer algo. ¡Francamente! No hay fisuras, solo errores-no-deseados-pero-calculados-dentro-de-todo.

Lo único  que puedo decir es que  los detalles finales de esta edición ya están en curso y probablemente  el libro entre a la imprenta en los próximos meses, en Valparaíso, por cierto.

Sin embargo,  hay suficiente material analítico sobre la escena porteña que me ha hecho reconsiderar la situación de relativa retención editorial a que la había sometido, privilegiando –lo admito- la escena santiaguina.  De modo que,  en lo que a estrategia de escritura se refiere, mantendré en función  ambos blogs, porque no hay día que pase que no nos ofrezca un argumento  de primera magnitud para hacer avanzar nuestras investigaciones.

Un ejemplo de lo anterior se puede encontrar en las declaraciones de la Señora Presidenta en Rapa-Nui,  donde  hizo empleo de una noción muy curiosa. Habló de proteger la capacidad-de-carga de la isla.  Es decir, habló con la certeza de un ingeniero del tránsito, mediada por la  incerteza  de los controladores de multitudes.  Quienes recuerden todavía  la visita del Papa  tendrán la imagen de las “vallas papales” y de los corredores  establecidos para separar al público en cohortes manejables,  a objeto de impedir el efecto de estampidas y permitir el acceso rápido de ambulancias.  Esa era una manera de favorecer el empleo de la noción y disolver la energía de las masas  en el léxico propio del traslado de mercaderías, teniendo en cuenta el cálculo de las mermas.

Pero la Señora Presidenta llegó tarde. No le dijeron que el modelo de la saturación ya había sido instalado por Kevin Kostner y la ficción hollywoodense, como el modelo referencial de desarrollo que luego ella misma, gracias a la colaboración de Soledad Alvear, desplazó hacia Valparaíso, como ficción de manejo  de una impostura historiográfica de gran magnitud, destinada a  montar  la empresa de musealización de la epopeya de un enclave británico perimido, de cuyas ruinas solo es posible retener la pobreza y el naufragio. 

De este modo, la primera columna de este recomienzo, después de esta columna indicativa, está referida a la operatividad de la noción referida: capacidad-de-carga.



 




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